Astarte premio labor voluntaria 2015

fuente: LVA

El jurado de los galardones ‘Reconocimientos a la Labor Voluntaria’ ha tomado la decisión de conceder estos premios al grupo de Voluntariado de la Cruz Roja de Avilés en la categoría ‘Grupos de Voluntariado’ y a la Asociación Astarte Residuos Solidaridad en la sección ‘Labor Voluntaria’.

El primero de estos dos condecorados, el colectivo perteneciente a la Cruz Roja de la localidad, se dedica a ayudar a las personas con discapacidad a que puedan usar las piscinas municipales sin ningún tipo de problema. El otro de los galardonados, el colectivo Astarte Residuos Solidarios, tiene el objetivo de ayudar a las personas necesitadas, especialmente menores de edad, y que tienen dificultades para acceder a los tratamientos sanitarios a mejorar su calidad de vida.

vermu solidario. astarte

fuente: LVA

Una oda al trabajo silencioso

premio_laborEn muchos comercios, supermercados, oficinas o centros educativos hay un rincón para depositar allí tapones de plástico. Se venden a empresas de reciclaje y el dinero recaudado suele ser donado a familias en las que hay algún niño con algún problema grave de salud. La iniciativa tiene ya unos cuantos años, y fue el detonante para que a José Ramón Suárez se le ocurriese una idea que ha devenido en una dinámica asociación, Astarte Residuos Solidarios. Junto con el grupo de voluntarios de Cruz Roja que ayudan a personas discapacitadas en los cursos de natación, ha sido reconocida por el Ayuntamiento por su labor voluntaria.

 

A José Ramón, que regenta una tienda de informática en la calle González Abarca, se le ocurrió que, si se podían vender tapones, quizás también podía hacerse lo mismo con las piezas inservibles de los ordenadores con las que trataba a diario. «Busqué un sitio para vender estos residuos electrónicos, y luego la gente empezó a traerme más y más cosas», recuerda. Así, hace cerca de cuatro años comenzó un proyecto que ha ido incrementando su volumen de actividades siempre buscando ayudar a acceder a tratamientos sanitarios a niños con problemas de salud.

 

Empezaron reparando aparatos para su reutilización, o clasificando las piezas inservibles para su proceso por gestores autorizados. Pronto esa acción se quedó corta, y se iniciaron otras: se creó una red de «micro puntos verdes» para recoger el material en colegios, telecentros o asociaciones de vecinos, se organizan vermús solidarios y hasta se imparten clases de alfabetización digital a personas excluidas a través de asociaciones y centros culturales. Para ello han reconstruido hasta quince equipos informáticos que se utilizan en los grupos. «En tres años hemos logrado recaudar 14.000 euros que luego hemos donado a diferentes asociaciones», cuenta José Ramón.

 

Astarte Residuos Solidarios tiene ya su espacio en Avilés, donde se ha convertido, pese a la juventud del colectivo, en una pieza clave en la concienciación ciudadana sobre los deshechos.

 

Voluntarios en la piscina

 

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